Comenzaría
situándolo en un espacio de confort, en donde tuviera buena luz, colores
llamativos, tapetes de foami, un área atractiva de juego de ensamble, enhebrado,
asi mismo poco a poco trataría de que el menor se sintiera en confianza, sin
obligarlo en las primeras sesiones a obtener resultados favorables.
Si
bien es un poco complicado trabajar con niños que no se expresan de acorde a su
edad, considero aún más complicado trabajar con niños que a pesar de tener la
madurez para poder tener un buen nivel de lenguaje no lo tengan.
Iniciaría
con lo más simple que es el saludo y la despedida, considerando que esto jugara
un papel clave en la intervención. Además del logro que supone su consecución,
se convertiría en una importante variable indicativa de la evolución social del
niño.
En las
primeras sesiones si el niño entraba en el gabinete sin mirarme, lo saludaría igualmente; lo esperaría con la
puerta abierta, situada a su altura, con una sonrisa y con la mano preparada
para decirle “hola” (gesto convencional). Posteriormente, una vez que comiencen
los progresos en las sesiones, el niño
comenzará a mirarme de modo tangencial mientras se dirigía hacia la sala donde
tenía lugar la sesión.
Considero
que este cambio en la proximidad-distanciamiento favorecerá al niño siendo capaz
de mirarme directamente después de varias sesiones y de esta manera no se dirigirá
inmediatamente hacia la sala.
Al
recibirlo de esta manera diariamente podre esperar que el niño por lo menos
tenga contacto visual conmigo, aunque de momento no lo hiciera verbalmente.
Para
lograr que el niño salude seria necesario jugar con las siguientes variables:
la proximidad-distanciamiento, el tiempo de silencio y la
mirada-gestos-palabras.
Si
comenzara el menor a distraerse de alguna actividad, prestaría atención a lo
que hace, para poder jugar con el poniéndole una rima, canción, o sonido que le
pareciera divertido, así que cuando lo repita pueda recordar y comenzar a
pronunciar aunque sea tímidamente la canción de la acción que realiza.
El
silencio juega un papel fundamental, esto para lograr que el niño se decida a
iniciar la interacción social. Son niños/as que se caracterizan por tener poca
iniciativa, el silencio se traduce en un tiempo necesario que favorece su
aparición. Todos los avances relativos a esta conducta comunicativa se dieran
después de un tiempo de silencio.